chica en una habitación
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A medianoche, las luces de neón parpadean en las calles de Hong Kong, y las ventanas de los edificios comerciales y residenciales de estilo antiguo emiten una ambigua luz rosa. Oculto entre estas viviendas aparentemente ordinarias se encuentra la peculiar forma de industria del sexo de Hong Kong: los «burdeles de una planta». Este fenómeno singular, que se originó en la década de 1970, es a la vez un producto de la sociedad hongkonesa y un testimonio de la transformación de la ciudad.
" "chica en una habitaciónEl término, de origen cantonés, significa «un edificio, una unidad, una mujer», describiendo vívidamente este modelo individual de trabajo sexual basado en unidades residenciales. A diferencia de los barrios rojos o las industrias sexuales centralizadas de otras regiones, el trabajo sexual «un edificio, una mujer» en Hong Kong está altamente descentralizado y oculto, configurando un paisaje único y contradictorio en el tejido urbano.

Orígenes históricos
El modelo de atención individualizada comenzó a florecer a finales de la década de 1980. En la década de 1970, la industria del sexo en Hong Kong estaba dominada por los burdeles, conocidos como «puestos de bolas de pescado» (burdeles centralizados), pero debido a las regulaciones más estrictas impuestas a estos establecimientos tras las reformas legales, las trabajadoras sexuales optaron por la descentralización. Este modelo no solo cumplía con los requisitos legales, sino que también mejoraba la privacidad y la flexibilidad del servicio, convirtiéndose gradualmente en la norma.

Las razones de la formación del modelo "una planta, un negocio"
1. Normas legales
La legislación de Hong Kong permite que las personas ofrezcan servicios sexuales en domicilios privados, pero prohíbe que varias personas los presten conjuntamente o que los soliciten abiertamente. Por lo tanto, el modelo de atención individualizada se ha convertido en la mejor opción para que las trabajadoras sexuales eviten riesgos legales.
2. Incentivos económicos
El trabajo sexual ofrece altas recompensas económicas. Las investigaciones sugieren que las trabajadoras sexuales pueden ganar más mediante servicios de alto riesgo, como no usar preservativos. En Hong Kong, el costo de un servicio individual oscila entre 400 y 1000 dólares de Hong Kong por sesión, una cifra significativamente superior a la de otros sectores laborales.
3. Necesidades sociales
El modelo de atención personalizada satisface las necesidades fisiológicas de los hombres, lo que reduce indirectamente la tasa de delitos sexuales. Además, la diversidad de la clientela, que incluye tanto a residentes locales como a turistas, impulsa el crecimiento de la demanda del mercado.

Las ventajas del modelo "una planta, una unidad"
1. Beneficios para las trabajadoras sexuales
- La situación económica mejoróEl trabajo sexual proporciona independencia económica a muchas mujeres. Según una encuesta realizada en China continental, las mujeres rurales nacidas en la década de 1970 han mejorado la situación económica de sus familias e incluso han adquirido mayor influencia en la familia gracias al trabajo sexual.
- Flexibilidad y autonomíaEl modelo "uno a uno" permite a las trabajadoras sexuales operar de forma independiente sin depender de intermediarios, reduciendo así la explotación.
- Relativamente seguroLa gestión por una sola persona evita el caos de los locales con varias personas, y las trabajadoras sexuales pueden controlar el contenido de sus servicios y la selección de clientes ellas mismas.
2. Beneficios para los clientes
- Privacidad y comodidad"Una habitación por piso" ofrece servicio de habitaciones privadas, evitando la vergüenza de los burdeles tradicionales y mejorando la experiencia del cliente.
- Diversas opcionesEl sitio web anuncia que los clientes pueden seleccionar trabajadores en función de la edad, nacionalidad, apariencia, etc., para satisfacer sus necesidades personalizadas.
3. Beneficios para la sociedad
- Reducir los delitos sexualesEl modelo "individual" satisface las necesidades fisiológicas y reduce indirectamente los delitos sexuales.
- Contribución económicaLa industria del sexo genera ingresos por alquiler y consumo relacionado, promoviendo indirectamente la actividad económica.

Estructura poblacional de los profesionales
La situación ha cambiado con el tiempo. Antes de la década de 1980, las mujeres locales eran mayoría; después de la década de 1990, las inmigrantes procedentes de China continental se convirtieron en el grupo predominante; después del año 2000, aumentó la proporción de mujeres del Sudeste Asiático y Europa del Este. Según una encuesta de 2021 realizada por la organización no gubernamental «Bluebird», entre las trabajadoras sexuales, las inmigrantes procedentes de China continental representan aproximadamente el 551% del total, las locales aproximadamente el 251% y las de otras nacionalidades aproximadamente el 201%.
En cuanto a la distribución por edades, 351 clientes tenían entre 20 y 29 años, 451 clientes tenían entre 30 y 39 años y 201 clientes eran mayores de 40 años. Contrariamente a la creencia popular, las prostitutas no son todas mujeres jóvenes; una cierta proporción son de mediana edad, lo que refleja la inclusión de la industria hacia diferentes grupos de edad.

Razones para unirse a la industria
La investigación muestra que las razones por las que las personas ingresan a la industria incluyen: pagar deudas (30%), criar hijos (25%), obtener rápidamente capital inicial (15%), pagar gastos médicos familiares (10%), llevar un estilo de vida de alto consumo (12%) y otras razones (8%).
3.2 Condiciones laborales y situación económica

riesgos a los que se enfrenta
Los principales riesgos legales a los que se enfrentan los profesionales incluyen:
La policía allanó el inmueble por "perturbar el orden público" o "incumplir las normas del edificio". Los propietarios podían rescindir los contratos de arrendamiento anticipadamente si las unidades se utilizaban para "fines inmorales". Los vecinos se quejaban de la falta de seguro médico y otros servicios sociales básicos, lo que los dejaba al margen del sistema de seguridad social. Podrían ser acusados de "vivir de las ganancias de la prostitución" si compartían ingresos con otras personas.
En cuanto a la protección de sus derechos, las trabajadoras sexuales suelen carecer de acceso a la legislación laboral, no pueden formar sindicatos y a menudo temen denunciar la violencia ante la policía. Organizaciones no gubernamentales como Bluebird y Wisteria llevan mucho tiempo ofreciendo servicios de salud, asesoramiento legal y apoyo psicológico a las trabajadoras sexuales, pero sus recursos son limitados y no pueden cubrir a todas las personas que ejercen la profesión.

Entre lo oculto y lo visible
Como una forma singular de industria del sexo en Hong Kong, el «burdel de una planta» es tanto un producto de la modernización urbana como un microcosmos de contradicciones sociales y conflictos de valores. Desde su surgimiento en la década de 1970 hasta la actualidad, ha experimentado un proceso complejo, desde la marginalidad hasta una relativa apertura, y posteriormente, la transformación digital. Este fenómeno refleja la profunda estructura del panorama económico y social de Hong Kong: la brecha de riqueza bajo un capitalismo altamente desarrollado, las decisiones individuales en una cultura materialista y las zonas grises dentro del marco del estado de derecho.
Hong Kong se enfrenta a profundas reflexiones sobre su identidad y su rumbo de desarrollo, y el futuro de la prostitución estará íntimamente ligado al destino de la ciudad. Ya sea que desaparezca, se transforme o se legalice, este singular fenómeno urbano merece nuestra continua observación y reflexión desde una perspectiva más abierta, racional y humanista. A la sombra de las luces de neón, las historias de estas mujeres no solo conforman el pasado y el presente de Hong Kong, sino que también formarán parte de su futuro.

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