¿Por qué a la prostitución se le llama "llamar a una prostituta"? Exploración del origen y análisis cultural
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El significado literal y semántico de "llamar a una gallina"
Literalmente, la palabra "pollo" en "llamar a un pollo" suele referirse a los pollos entre las aves domésticas en chino. Sin embargo, en la jerga, "pollo" se usa para referirse a las trabajadoras sexuales, especialmente a las mujeres.
En cantonés, "chicken" se usa a menudo para referirse a las trabajadoras sexuales, especialmente a las mujeres. Esta palabra podría tener su origen en un término despectivo o eufemístico antiguo para las trabajadoras sexuales, similar al inglés "bird" o "chick" usado para referirse a las mujeres, y posteriormente adquirió un significado específico.
En el pasado, a los burdeles de algunas zonas se les llamaba "gallineros" porque a las trabajadoras sexuales se les comparaba con "gallinas". Por lo tanto, ir a un burdel a buscar servicios se llamaba "llamar a una gallina", lo que significaba ir al "gallinero" para encontrar una "gallina".
La palabra "叫" (jiào) significa llamar o convocar, por lo que "叫鸡" (jiào jī) en conjunto conlleva la connotación de solicitar trabajadoras sexuales. Sin embargo, la formación de esta palabra no es simplemente una combinación literal, sino que está estrechamente relacionada con la evolución de la historia, la cultura y el idioma.
El significado literal de "叫鸡" es "llamar (convocar) a una gallina", pero se usa metafóricamente para significar buscar o convocar a trabajadoras sexuales, describiendo el acto de solicitar prostitutas.

Orígenes históricos y evolución de las palabras
El origen exacto del término "llamar a una prostituta" no está documentado, pero su posible formación se puede inferir del contexto histórico. En la antigua China, si bien la industria del sexo existió durante mucho tiempo, sus nombres solían ser eufemísticos, como "burdel", "prostituta" o "cornudo". Con los cambios en la sociedad moderna, especialmente el desarrollo de la urbanización y la comercialización, la industria del sexo se volvió gradualmente más abierta en algunas zonas, y surgieron nuevos términos coloquiales para describir este fenómeno.
El uso de "pollo" como eufemismo para referirse a las trabajadoras sexuales probablemente esté profundamente vinculado a la cultura cantonesa. En Hong Kong y Guangdong, "pollo" se ha usado desde hace mucho tiempo para referirse a las trabajadoras sexuales, posiblemente debido a los matices del dialecto local y el contexto cultural. Por ejemplo, en cantonés, "pollo" no solo es el nombre de un animal, sino que también se usa a menudo para describir algo vulgar o frívolo. Este uso se popularizó gradualmente en Hong Kong a principios del siglo XX y, con la expansión de la cultura cantonesa, influyó en otras regiones de habla china.
En cuanto al significado específico de "llamar a una gallina", podría estar relacionado con la comercialización del trabajo sexual en la vida urbana moderna. En los barrios rojos de lugares como Hong Kong, los clientes suelen contactar a las trabajadoras sexuales mediante métodos específicos, como llamadas telefónicas o acuerdos con intermediarios. Este acto de "llamar" se simplifica a "llamar", y a las trabajadoras sexuales se les llama "gallinas". Por lo tanto, "llamar a una gallina" se ha convertido en una expresión concisa y vívida.

Contexto cultural y social
La popularidad del término "llamar a una prostituta" es inseparable de su contexto sociocultural subyacente. En primer lugar, la industria del sexo ha existido durante mucho tiempo en una zona gris moral y legal en la sociedad china, que a menudo impregna términos relacionados con eufemismos o connotaciones despectivas. Como argot, "llamar a una prostituta" evita el uso directo de términos más explícitos como "prostituta", al tiempo que utiliza el humor o un tono frívolo para minimizar la controversia moral que rodea al acto. Esta estrategia lingüística refleja, en cierta medida, la actitud contradictoria de la sociedad hacia la industria del sexo: existe demanda, pero se intenta ocultar su sensibilidad mediante el lenguaje.
En segundo lugar, la popularidad de "llamar a una prostituta" también está estrechamente relacionada con el desarrollo de la cultura urbana. En regiones altamente comercializadas como Hong Kong y Macao, la industria del sexo se convirtió gradualmente en un mercado relativamente maduro a mediados y finales del siglo XX. Con la popularización de las herramientas de comunicación modernas, como el teléfono e internet, las formas de llamar a las trabajadoras sexuales se volvieron más convenientes. La aparición del término "llamar a una prostituta" se adaptó perfectamente a este modelo de transacción rápido y conveniente, convirtiéndose en una expresión popular y fácil de entender.
Además, la influencia de la cultura cantonesa es innegable. Como uno de los centros culturales del mundo sinoparlante, el idioma y la jerga de Hong Kong han tenido un profundo impacto en otras regiones. La expresión "llamar a una gallina" se ha extendido desde Hong Kong a otras zonas sinoparlantes, e incluso se usa ampliamente en algunas regiones donde no se habla cantonés, lo que demuestra la poderosa vitalidad del idioma en el intercambio cultural.

Significados metafóricos y simbólicos del lenguaje
Lingüísticamente, "llamar gallina" es una expresión metafórica. Al comparar a las trabajadoras sexuales con "pollos", se simplifica el lenguaje, aunque conlleva una connotación despectiva. Esta metáfora no es aislada, sino que refleja fenómenos similares en otros idiomas. Por ejemplo, la palabra inglesa "chick" se usa a veces para referirse a mujeres jóvenes con una connotación coqueta; el francés tiene una jerga similar que usa animales para representar metafóricamente a las trabajadoras sexuales. Este fenómeno lingüístico intercultural sugiere que, al describir temas delicados, las personas suelen usar metáforas o métodos indirectos para evitar tocar directamente tabúes morales o sociales.
Sin embargo, el término "prostituta" también ha generado controversia. Algunos argumentan que este término es lingüísticamente despectivo hacia las trabajadoras sexuales, lo que refuerza el estigma que rodea a este grupo. En los últimos años, con el auge de la igualdad de género y la concienciación sobre los derechos humanos, algunos movimientos sociales han comenzado a exigir el uso de términos más neutrales o respetuosos para describir a las trabajadoras sexuales, como "trabajadora sexual" en lugar de "prostituta" o "polla". Este cambio refleja la interacción entre el lenguaje y los valores sociales.

Observaciones finales sobre el pollo
"Llamar a una prostituta", como término coloquial, parece simple a primera vista, pero en realidad contiene ricas connotaciones históricas, culturales y lingüísticas. Su origen podría estar estrechamente relacionado con la cultura cantonesa, la urbanización y la comercialización de la industria del sexo, mientras que su popularidad refleja la compleja actitud de la sociedad china hacia los temas sexuales. Desde una perspectiva lingüística, "llamar a una prostituta" es una expresión metafórica típica, que simplifica la descripción de un tema delicado mediante imágenes de animales, aunque también conlleva cierta connotación despectiva.
Con el progreso social y el cambio de actitudes, el futuro de términos como "llamar a una prostituta" podría enfrentar desafíos. El lenguaje, como portador de cultura, no solo refleja realidades sociales, sino que también influye en los valores de las personas. Al explorar el término "llamar a una prostituta", también deberíamos reflexionar sobre las estructuras sociales y las relaciones de poder que lo sustentan, observando los fenómenos relacionados con una actitud más inclusiva y respetuosa. En definitiva, comprender el origen y el significado de "llamar a una prostituta" no es solo una exploración del lenguaje, sino también una profunda reflexión sobre la cultura y la historia.
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