Arrodíllate sobre tu espalda y usa tus rodillas para presionar suavemente tu espalda para ayudar a relajar tus músculos o ajustar tu columna. Este método requiere una operación profesional para evitar lesiones causadas por una fuerza indebida.
Nota: No se recomienda que quienes no sean profesionales intenten esto por su cuenta, ya que puede provocar daños en la columna o en el tejido blando.